Para aquellos que no lo saben, la Iglesia acaba de iniciar un año jubilar. Este año se llama “Peregrinos de la esperanza”.

Cada veinticinco años, el Papa proclama un año especial de “Jubileo”.

En 2025, el Papa Francisco nos invita a renovarnos en la esperanza:

Este Jubileo será, por tanto, un Año Santo marcado por la esperanza que no se apaga, nuestra esperanza en Dios. Que nos ayude a recuperar la confianza confiada que necesitamos, en la Iglesia y en la sociedad, en nuestras relaciones interpersonales, en las relaciones internacionales y en nuestra tarea de promover la dignidad de todas las personas y el respeto por el don de la creación de Dios. Que el testimonio de los creyentes sea para nuestro mundo un fermento de esperanza auténtica, un anuncio de nuevos cielos y una nueva tierra (cf. 2 P 3,13), donde los hombres y las mujeres vivirán en justicia y armonía, en la gozosa espera del cumplimiento de las promesas del Señor.

¡Dejémonos atraer ya ahora por esta esperanza! A través de nuestro testimonio, la esperanza se difunda a todos los que la buscan ansiosamente. Que el modo en que vivimos nuestras vidas diga a los hombres: con estas palabras: “¡Esperad en el Señor! ¡Manteneos firmes, tened ánimo y esperad en el Señor!” (Sal 27,14). Que la fuerza de la esperanza llene nuestros días, mientras esperamos con confianza la venida del Señor Jesucristo, a quien sean la alabanza y la gloria, ahora y por los siglos. - Spes non confundit, 25.

La indulgencia jubilar es una manifestación concreta de la misericordia de Dios, que va más allá y transforma los límites de la justicia humana. Este tesoro de gracia entró en la historia humana en el testimonio de Jesús y de los santos, y al vivir en comunión con ellos, nuestra esperanza en el propio perdón se fortalece y se convierte en certeza. La indulgencia jubilar nos permite liberar nuestro corazón del peso del pecado porque la reparación debida por nuestros pecados se da gratuita y abundantemente.

En términos prácticos, la experiencia de la misericordia de Dios implica algunos actos espirituales indicados por el Papa. Aquellos que no pueden realizar la peregrinación jubilar debido a la enfermedad u otras circunstancias, sin embargo, están invitados a participar en el movimiento espiritual que acompaña el año jubilar, ofreciendo los sufrimientos de su vida diaria y participando en la la celebración eucarística.

Las únicas Puertas Santas en todo el mundo están en Roma, Italia. Para aquellos que puedan ir allí este año, sería genial. Para aquellos de nosotros que no vamos a ir allí, cada diócesis tiene un lugar de peregrinación en su catedral local. Encuentra una manera de hacer el corto viaje a nuestra hermosa Catedral de la Anunciación de la Santísima Virgen María en Stockton. Cada iglesia parroquial puede tener una cruz como símbolo del Jubileo y es posible que hayas notado la gran cruz de madera con el logotipo del año jubilar en el santuario; este será nuestro símbolo durante este año.

Que tengamos ánimo y esperanza en el Señor este y todos los años. ¡No nos dejemos absorber por la oscuridad y la negatividad que el mundo a veces puede ofrecer, sino que renovemos nuestra esperanza cristiana! Esperemos que este mundo terrenal no sea el fin, sino que los que creemos en Él podamos tener vida eterna en el tesoro del Cielo.

- Rev. Adrian Cisneros

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