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27º Domingo del Tiempo Ordinario

by Fr. John Muir  |  10/05/2025  |  From the Clergy

Un amigo mío, que es sacerdote, recibió una llamada de una familia cuya anciana madre estaba muriendo. En menos de treinta minutos, estaba junto a su lecho, ofreciéndole el consuelo de los sacramentos, ungéndola con el óleo de los enfermos y encomendando su alma a Dios. Ella falleció poco después, y durante meses, su familia habló de su profunda gratitud por su presencia. Cuando le llamé por teléfono para elogiar su fiel ministerio, él simplemente dijo: «Solo estaba haciendo mi trabajo».

Sus palabras me recordaron la enseñanza de Jesús de esta semana en Lucas 17:10: «Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid: «Somos siervos inútiles; solo hemos hecho lo que debíamos hacer»». En un mundo que a menudo busca el reconocimiento y el aplauso, el Señor nos invita a adoptar una mentalidad diferente: la del servicio humilde. El sacerdote no consideraba que su respuesta fuera extraordinaria; la veía como una gracia para cumplir su vocación.

¡Qué tentador es buscar la afirmación por hacer lo que debo hacer! Sin embargo, Jesús nos recuerda que el verdadero discipulado no consiste en alardear, sino en una fe fiel y silenciosa. Basta con haber servido. Basta con haber amado. Basta con estar agradecidos por haber tenido la oportunidad de cumplir con nuestro deber en primer lugar. Ya sea en el sacerdocio, en la paternidad o en cualquier vocación, qué libertad llena de paz hay en el simple hecho de hacer lo que se nos pide. Ni más ni menos. Jesús, así es como nos amas en silencio.

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