divinemercyblog

Segundo domingo de Pascua

by Rev. Jovy Roldan  |  04/27/2025  |  From the Clergy

Este domingo es el segundo domingo de Pascua. La Santa Madre Iglesia nos exhorta a mantener la alegría y la esperanza que habitan en nuestros corazones gracias a la Resurrección de Cristo Jesús, nuestro Señor.

En el Evangelio de este domingo, escuchamos otro relato de la resurrección. San Juan, el evangelista, nos relata el encuentro de los discípulos con Jesús resucitado. Ocurrió la tarde del primer día de la semana. Los discípulos estaban reunidos en una habitación cerrada por temor a que los judíos los persiguieran, como hicieron con Jesús.

Fue en ese momento cuando el Señor se hizo presente ante sus amados discípulos. Vieron a Jesús, a quien amaban y seguían, saludarlos con su saludo habitual: "¡La paz esté con ustedes!". Tomás, uno de los doce discípulos, no estaba presente. Así que, cuando los demás apóstoles le contaron lo que vieron, Tomás dudó de sus palabras y juró creer solo en la resurrección de Jesús cuando lo viera cara a cara. Por esto, se le llamó "Tomás el incrédulo".

La presencia de Jesús trae paz y consuelo. Todos los que acuden a Él experimentan la felicidad y la satisfacción que necesitan en esta vida. La paz de Jesús no es la paz que ofrece este mundo. Esta paz de Jesús está profundamente arraigada en el mensaje del Reino que, según San Pablo, es «justicia y gozo en el Espíritu Santo» (Romanos 14:17). La paz que proviene de Jesús es la que otorga la abundancia de las gracias de Dios. La paz de Jesús nos lleva a compartir esa misma paz con los demás, especialmente con quienes más la necesitan.

Hoy, necesitamos recordar siempre que Dios está con nosotros. Como cristianos, profesamos que Jesús camina siempre con nosotros y es nuestro compañero constante en nuestro camino de fe y vida. Con Él a nuestro lado, ¿qué más podemos pedir? A Él, que dijo: «No temas, yo soy el Primero y el Último, el que vive; morí, y ahora vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del Hades» (Apocalipsis 1:17-18). Dios está con nosotros siempre. Al igual que Pedro y los demás discípulos, nosotros también podemos llevar su bendición a los demás y realizar muchas señales y prodigios con nuestras manos (cf. Hechos 5:12).

Tomás dudó de la presencia de Jesús por la desesperación y la decepción. Aprendamos de su experiencia. Abramos los ojos a la presencia de Jesús en nuestras vidas y descubramos la paz que nos acompaña. Y al descubrir esa paz, compartámosla con los demás.

-Rev. Jovy Roldan

BACK TO LIST